En una operación militar de gran envergadura, el ejército de Israel informó este sábado que eliminó a Hassan Nasrallah, líder del movimiento libanés Hezbolá. Aunque la organización chiita aún no ha confirmado la muerte de su dirigente, el impacto de este ataque ha generado una nueva oleada de tensiones en la región. El ataque, que también resultó en la muerte de otros líderes clave de Hezbolá, forma parte de una operación israelí denominada «Nuevo orden».
Operación «Nuevo orden»: un golpe a la cúpula de Hezbolá
De acuerdo con las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), la operación fue llevada a cabo por aviones de la Fuerza Aérea, quienes bombardearon la sede central de Hezbolá, situada bajo un edificio residencial en los suburbios del sur de Beirut. Este ataque fue coordinado por el ala de inteligencia israelí y su sistema de defensa. Según el comunicado, el ataque se produjo mientras la cúpula de Hezbolá se encontraba reunida para «coordinar actividades terroristas contra los ciudadanos del Estado de Israel».
Entre las víctimas de la operación se encuentra Ali Karaki, comandante del frente sur de Hezbolá. La FDI detalló que Nasrallah, quien ha sido el principal responsable de las decisiones estratégicas y tácticas de la organización, jugó un papel clave en la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza, iniciada el pasado 8 de octubre. Desde entonces, Hezbolá ha intensificado sus ataques contra Israel, contribuyendo a la escalada del conflicto y poniendo en riesgo la estabilidad de toda la región.
Un golpe significativo a la estructura militar de Hezbolá
Israel ha calificado la eliminación de Nasrallah y otros altos comandantes como un importante golpe a la estructura militar de Hezbolá. Las FDI publicaron un esquema de mando de la organización chiita, destacando que, de confirmarse la muerte de Nasrallah, toda la cúpula ha sido eliminada, con la excepción de un solo comandante: Abu Ali Rida.
El jefe del Estado Mayor de las FDI, Herzi Halevi, advirtió que la eliminación de Nasrallah no representa el fin de las capacidades militares israelíes. «El mensaje es claro: quienquiera que amenace a los ciudadanos del Estado de Israel, sabremos cómo llegar hasta él», expresó Halevi. También anunció que las fuerzas israelíes están preparándose para futuros ataques, manteniendo la máxima preparación en todos los frentes.
Reacciones dentro de Israel
El asesinato de Nasrallah ha sido celebrado dentro de Israel. Yair Lapid, líder de la oposición israelí, felicitó a las FDI por su «importante logro para la seguridad del Estado de Israel». En un mensaje en la red social X, Lapid afirmó que «quien ataca a Israel es hijo de la muerte», subrayando la importancia de la disuasión ante los enemigos del país.
Nasrallah, quien había liderado Hezbolá desde 1992, fue una figura emblemática en la resistencia contra Israel, y su liderazgo fue clave durante la guerra del Líbano en 2006. Su muerte representa un cambio significativo en la dinámica del conflicto, ya que durante años, Nasrallah dirigió enfrentamientos directos con Israel y condenó duramente las acciones militares israelíes en Líbano.
Una escalada de tensiones en el Líbano
En las últimas semanas, los ataques israelíes contra Hezbolá, centrados en destruir infraestructuras clave del grupo, han intensificado las tensiones en la región. Nasrallah había denunciado estos ataques como actos de guerra, acusando a Israel de atacar deliberadamente zonas civiles en Líbano. El bombardeo que presuntamente resultó en su muerte es visto como el golpe más duro hasta ahora en esta escalada.
A pesar de la falta de confirmación por parte de Hezbolá sobre la muerte de su líder, los equipos de emergencia siguen trabajando en las zonas afectadas por los ataques en Beirut. El saldo oficial hasta el momento es de seis muertos y 91 heridos, pero se teme que la cifra de víctimas continúe aumentando a medida que avanzan las labores de rescate.
Impacto en la región y posibles repercusiones
La muerte de Nasrallah, de confirmarse, podría generar una respuesta violenta por parte de Hezbolá, lo que incrementaría aún más la inestabilidad en el Líbano y sus alrededores. Este conflicto ya ha atraído la atención internacional, con organismos como las Naciones Unidas advirtiendo sobre el riesgo de una escalada mayor. Países como Irán, que respaldan a Hezbolá, podrían involucrarse más directamente si la situación continúa deteriorándose.
Por su parte, el gobierno libanés ha condenado los ataques israelíes como una violación a su soberanía, mientras la comunidad internacional sigue con atención los desarrollos en esta crisis que amenaza con extenderse a todo el Medio Oriente.
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